viernes, 17 de diciembre de 2010

En la FILa

Del veintisiete de noviembre al cinco de diciembre se llevó a cabo en la ciudad de Guadalajara, la Feria Internacional del Libro más importante de Latinoamérica,  misma que se encuentra posicionada como la segunda más importante del mundo,  después de la de Frankfurt, Alemania. Por obvias razones, yo tenía que estar ahí.
Como una chiquilla que no ha perdido la capacidad de asombro, visité área por área, empezando por la zona Internacional, donde este año cuarentitres países fueron representados por sellos editoriales. De ahí brinqué a  FILniños, colores, talleres, libros, espectáculos y monstros te acechaban por doquier. Entre risas y aplausos disfruté de excelentes presentaciones teatrales y musicales creadas especialmente para los más pequeños. Por supuestísimo, el invitado de honor de este año, Castilla y León, tuvo su merecido espacio. Como es la usanza,  escritores, libros, expositores, gastronomía, cine, música, teatro, entre muchas cosas más fueron traídas para todos los asistentes desde esa bella provincia de la madre patria, a la que simplemente prefiero llamar España. Como soy fumadora empedernida, no puedo evitar platicarles de la terraza, un cálido pero frio lugar que forma parte de las instalaciones donde se lleva a cabo la FIL, ahí, es el punto máximo de reunión de todos aquellos que gustamos de echar humo. Es toda una experiencia el encontrarse envuelta en una nube no precisamente de humo, sino más bien una nube formada por tanta personalidad. Por las noches la fiesta de los libros, antes de cerrar sus puertas, trasforma las letras en notas musicales para hacernos vibrar con un conciertazo, antes de mandarnos a descansar.
¿Qué dijeron? ¿es todo? Pues claro que no, lo mas entretenido de ese universo es cuando paseas entre pasillo y pasillo y pasillo y pasillo, ahí adentro se transforman en calles y avenidas llenas de libros. Para que se den una idea, este año se instalaron en la FIL mil novecientas veintiocho  editoriales, de las que lamentablemente no me fue posible, por cuestiones de tiempo, visitarlas todas. De lo que si tuve oportunidad fue de empezar mi lista de propósitos de año nuevo. Y de todo ese banquete que había seleccione para la FILa de libros por leer, de Editorial Almadía “Los Esclavos” de Alberto Chimal y “Una: la historia Piiter y Py” de Lolita Bosch.  Editorial Planeta también quiso integrarse a la FILa con sendos clásicos de la literatura mexicana: “Los Recuerdos del Porvenir”, de Elena Garro y “El Complot Mongol”, de Rafael Bernal. La mejor y más placentera de todas las cosas que pasan en la FIL son las presentaciones de libro, esas que te promueven viajes a mundos paralelos. Ahí te preparan y emocionan antes de sumergirte ya con libro en mano, en ellos. De las presentaciones también salió material para la FILa:  las novedades de planeta “Pobre Patria Mía” de Pedro Ángel Palou y “Lo que se de los hombrecillos” de Juan José Millás.  Por cierto, resultó tan extraordinaria esa presentación que tuve que enFILar “El Mundo” también del mismo autor. Ah, y como nunca olvido a la traviesa niña que vive dentro de mí, para darle el gusto me escabullí entre los pequeños para ver a Toño Malpica quien presentaba su libro “Los mil años de Pepe Corcueña”, de Editorial El naranjo, y claro lo enFILé. Con el cerré mi libreta y pensé… cuantas historias por leer, cuanto que escribir, y así llegue de regreso a casa feliz.  He igual estoy de feliz al regresar a las páginas de RIODOCE, de las que me escapé una semana para salir en busca de perlas para mis lectores.

¿¿¿Te veré en el desayuno???

Como toda gran urbe, la Ciudad de México siempre ha sido, es y será escenario de millones y millones de historias. En una de esas raras etapas de mi vida, puedo  decir que también formé parte de alguna de ellas, por lo que puedo asegurar que los escenarios que conforman a esa grande y desequilibrada ciudad son infinitos. Los hay de todos los niveles y de todos los gustos, por supuesto. Guillermo Fadanelli (1963) escritor mexicano del que puedes encontrar en su vasta obra, relatos, crónicas, ensayos, aforismos y novela, publicó en 1999 ¿Te veré en el desayuno? Lo supe al hacer una consulta bibliográfica, yo no conocí esa edición.
Para fortuna de los nuevos, asiduos y futuros lectores, Editorial Almadía tuvo en 2009 la genial idea  de volver a publicarla. En ella, Guillermo ha sabido aprovechar de una excelente manera ese gigantesco escenario, sacándole el mejor provecho y demostrando su maestría como escritor para crear  cuatro sublimes, bien logradas y entrelazadas  historias.
Aunque Fadanelli nos ofrece en ella un lenguaje sencillo y ágil, con el que nos facilita el engancharnos de inmediato con su relato, no es una novela de fácil digestión, ya que las historias que nos cuenta están unidas por el lazo que une a lo que se le podría llamar… una mediocre felicidad.
Cuatro historias, cuatro personajes principales, cuatro seres humanos comunes que viven en la ciudad de México. Un oficinista que sueña con llegar a ser gerente, que pasea entre aceras de la colonia condesa, soñándose convertido en algo que él mismo sabe… no podrá ser. Ulises (el oficinista) en una noche triste y solitaria conoce a Cristina, una mujer que dedica su vida a sexoservir a los demás, una mujer sola en la lucha por sobrevivir a las garras de la gran ciudad.
Olivia, una chica decente, inocente y educada que vive con sus padres, padece de un acoso del que nunca se da cuenta por Adolfo, su vecino, enamorado y obsesionado de Olivia es un tipo que heredó de sus padres el lugar donde vive, que presume de ser veterinario sin serlo. Busca hasta encontrar la manera de acercarse a ella.
Un hecho trágico e inesperado volcará las historias en un remolino de situaciones que unen a estas cuatro historias en una. Una historia en la que la Ciudad de México es el personaje principal, donde el enorme manto de su sombra cubre a estas cuatro personas, que sin ser consientes luchan por no asfixiarse, para seguir sobreviviendo y mantenerse dentro de los mínimos estándares que ellos mismos se marcan de lo que llamamos felicidad.
Una novela tequilera, es decir, cien por ciento mexicana, acompañada de sal y limón. Para beberse de un solo trago, un trago fuerte, seco y amargo. Que de primera te cala, pero que te terminará encantando. Esta novela también puedes encontrarla en formato para pantalla grande, adaptada al cine por Rodrigo Pizá.



lunes, 22 de noviembre de 2010

Léete esto, con los audífonos puestos.

Mis tiendas favoritas siempre han sido las de libros y de discos (también de zapatos, para que negarlo) y cada vez que entro a alguna de ellas no me provoca salir con las manos vacías. Pasear entre estantes llenos de libros o de discos, leyendo contra portadas o portadas en cualquiera de los dos casos, tomar varios de ellos, sentirlos casi tuyos, haciendo mentalmente y con todo el trabajo del mundo una selección sobre cuál de esos tres o cuatro que traes en las manos conviene o te interesa más comprar. Llegas a la caja, pagas y sales con una linda bolsa, que en términos ecologistas sería, lamentablemente de plástico.
Para personajes desesperados como yo, dar dos pasos fuera de la tienda ya es muy lejos para empezar a sentir esa absurda necesidad de abrir lo que va dentro de la bolsa, sin importar cuantas veces  lo hayas visto antes en aquella difícil toma de decisión. Lo sacas de la bolsa y sientes ese maldito celofán que se interpone entre tú y tu pase de abordar para el nuevo viaje que estás listo para emprender (seguimos hablando de libros y discos, aunque mis pies bien calzados por unos confortables tenis, también son capaces de regalarme un excelente viaje). Algunas veces al pobre celofán le das chance y lo tratas con nobleza y delicadeza, otras, lo arrancas y desechas de un jalón. Decides no querer saber nunca más de él.

Sin embargo en una compra, me ocurrió algo inusual. Aunque moría de ganas, no pude abrir lo que llevaba en la bolsa, no podía hacerlo en ese momento, no era el lugar. Tuve que guardar mis ansias y esperar a llegar a casa, pues esto que había comprado era diferente, merecía toda mi atención y un pequeño ritual, antes de aventurarme a un doble viaje, peligroso, sin regreso, a veces doloroso, con una fuerte, larga y triste caída, ya que me subí sin querer, como muchos, a un… Paracaídas que no abre.

Alejandro Páez (1968) Escritor y periodista, y Laura de Ita (1972) Cantante y actriz, al lado de excelentes músicos latinoamericanos, se dieron a la tarea, experimentando con las nuevas tecnologías, de crear un librodisco para la editorial Almadía con doce sorprendentes y melodiosos tracks. Un libro donde la música vibra a la par de las letras para provocar sentimientos de amor, desamor, de olvido, de ganas de amar o de sentirse amado. Textos y música que van enlazados por ese hilo frágil, efímero e imaginario, pero siempre valiente, que dibuja el corazón… el amor. Con esa valentía fue que este grupo de artistas aventurados logran este increíble proyecto al que decidieron llamar, “Paracaídas que no abre” (Almadía 2008)

Si eres amante de la música y las letras esta es una excelente opción ya que obtendrás por el precio de uno las dos cosas. Un libro lleno de ritmos dictados por el corazón de Páez y un disco lleno de textos cantados por la maravillosa voz de Laura. Siente cada una de sus letras y vibra cada una de sus notas. “Música para textos”(como le han llamado ellos) hecha para disfrutarse estando en un solitario momento del día o para compartir con una grata compañía.

Tip: visita la página www.paracaidasquenoabre.com/ y disfruta de los 12  textotracks de manera gratuita. ¡Créeme no te arrepentirás!

Un cuadrado, un círculo y un triángulo. Más que figuras, una audaz lectura.

Es curioso que cuando uno comienza a introducirse al maravilloso mundo que hay dentro de los libros muchos piensan que se tiene que empezar con autores de increíble trayectoria o títulos clásicos de la literatura, como los que comienzas a conocer en tus primeros años de la adolescencia, en la secundaria. Para mí no es así.  Considero más bien, que muchos estamos en el entendido de que la magia llega desde muchísimo antes.
Todo inicia cuando escuchas ese primer cuento, esa leyenda, esa historia y a partir de ahí ya no quieres, sin ser consciente, parar de imaginar. Eres niñ@, no sabes aún diferenciar una p de una v ni una a de una e. Lo que si sabes es pedir, y pides cada noche, por condición para dormir,  un cuento. No importa que sea de un niñ@ travieso, de un ogro terrible o un castillo embrujado, pero que salga de la cálida voz de mamá o de papá o de los mejores contadores de historias, nuestros abuelos.
Quieres escuchar palabras, palabras, palabras y más palabras que te acompañen en esa oscuridad que hay por las noches en  tu cuarto, palabras que en el momento menos pensado te tienen con la mente volando en alguno de esos tantos países, planetas, galaxias, universos lejanos. Palabras que se tornan en un suave murmullo, tan suave como aquella caricia del  viento que produce un recuerdo, el recuerdo que te llega en la mañana al despertar de haber estado en el país de los sueños.
Después llegan a nuestras manos nuestros primeros libros (¡guuuaooo!) en los que nunca hicieron falta las letras. Un puñado de líneas, cientos de colores y hojas de grueso cartón para voltear, eran más que material suficiente para darle vuelo a la imaginación y transformar esos “dibujitos” en una súper mega genial historia. Alejandro Magallanes (1971), sabe y al parecer recuerda perfectamente lo que es eso.
Diseñador gráfico egresado de la Escuela Nacional de Artes plásticas de la UNAM, mereció la medalla Josef Mroszczak en la XVI Bienal del Cartel en Varsovia, el tercer lugar en la bienal de carteles a favor de la ecología 4th Block en Ucrania y el premio Golden Bee en la categoría de libro en la Bienal del mismo nombre en Rusia. Además forma parte de los colectivos Cartel de Medellín y Fuera de Registro. También es fundador del despacho La Máquina del Tiempo y funge como diseñador de portadas de editorial Almadia.
Así como es de creativo con sus carteles, con sus diseños, con sus portadas y con cuanto material en el que encuentre espacio para hacer una propuesta visual (Visita: http//:loquehacealejandromagallanes.blogspot.com), es igual de audaz para hacer genialidades para los niños. Magallanes tiene entre algunos otros más, un libro fabuloso donde nos demuestra que es posible crear historias con tan solo manejar unas cuantas figuras y colores. Un libro excelente que quiero recomendar para los más pequeños y no tan pequeños se llama: Un cuadrado, un círculo y un triángulo (Editorial El Naranjo)
Un libro hecho para despertar la imaginación y la capacidad de abstracción. Unas páginas de cartón en las que tres figuras son capaces de provocar fascinación no solo a los niños, sino a cualquiera que se aventure a abrirlo.  Come un helado, viaja al espacio, ve al desierto, o a donde menos imagines con este pequeño gran libro que te contará historias con solo ver un cuadrado, un círculo y un triángulo  desde la caleidoscópica mirada de Alejandro Magallanes.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sigue a @albertochimal en Twitter



De la boca de todos salen a diario y por todos lados los nombres de las redes sociales que están en boga en todo el mundo. Entonces, a  la red que vamos a darle un espacio dentro de este literario espacio es a twitter. Twitter (gorjear, parlotear, trinar, en español) o #tuiter, como algunos solemos escribirlo en nuestros timelines, es un microblogging que permite a sus usuarios leer y escribir sobre infinidad de temas. Cuentas con 140 caracteres (que prefiero llamar letras) para lanzar pensamientos, ideas, información,  o incluso hasta fotos a cuanto usuario permitas que siga tu tweets, que es como se le denomina a cada frase subida a esa plataforma cibernética.
Hay muchas personas que aún no dan su visto bueno a este tipo de redes, argumentando que la interacción personal disminuye. Desde mi punto de vista, solo en una pequeña parte estoy en acuerdo con eso, pero considero que todos aquellos que tengan la posibilidad y gusten de leer y escribir deben acercarse a esta red social. En #tuiter tú decides que tipo de información leer. Muchas instituciones, editoriales, medios de comunicación y cuanta cosa puedas imaginar existe en ahí. Pero vamos directo a lo que nos interesa: literatura
Entre los usuarios a los cuales sigo en twitter, (déjenme explicarles mejor: seguir es el término que se utiliza cuando lees lo que algún usuario de tu interés escribe, todos los que pertenecemos a esta red somos seguidores y tenemos seguidores que nos leen) tengo a varios escritores, entre ellos a @albertochimal.
Alberto Chimal (1970), es un escritor mexicano con más de una docena de libros entre narrativa, cuento, ensayo y dramaturgia. Algunos ejemplos son: en novela (2009) “Los esclavos” y en cuento (2006) “Grey”  Según la revista Día Siete Chimal está entre los 100 mexicanos más destacados de su generación y es considerado por CNNE como uno de los escritores mexicanos más enérgicos y creativos. Es profesor, imparte talleres y colaborador frecuente de revistas y suplementos.  Alberto es un excelente cuentista al papel y @albertochimal es un excelente “cuentuista” en twitter, es interesante entre las aportaciones diarias que Chimal hace para todos sus seguidores recalcar sus cortos pero divertidos, profundos, perturbantes, creativos #cuentuitos. Entre mis favoritos podemos encontrar a “El viajero del tiempo” que siempre que aparece trae una excelente minihistoria de ficción que contarnos:
-El Viajero del Tiempo regresó al escritorio: al momento de empezar a escribir. Y las palabras seguían necias y rencorosas
-El Viajero del Tiempo regresó a antes de los orígenes del lenguaje. Los cavernarios lo atacaron por costumbre y no porque sospecharan nada.
-El Viajero del Tiempo le partió la cara al niño que le partía la cara a su yo niño. A él le partieron la cara los adultos circundantes
Que quede en el aire la discusión entre que si las redes sociales aportan o no aportan, quitan o alejan. Con este ejemplo podemos decir que twitter como red social, aporta dentro del mundo literario una pieza importante en la promoción de la lectura, ya que tenemos autores de la talla de Alberto Chimal al alcance, para leerlos en cualquier momento del día, sin tomarte mucho tiempo y sin la necesidad de abrir un libro. Opciones para leer hay en todos lados tu escoges la que más te guste. Así que como leí en un tweet que me llegó en la mañana: no hay peor ciego que el que no quiere leer.

www.riodoce.com.mx

Imagen + Sonido = Pájaros en la boca

Samanta Schweblin, nació en Argentina en el año de 1978. Comenzó a desarrollarse en las letras desde muy joven colaborando para revistas literarias en su país natal. Su literatura está plasmada en  los libros de cuentos “El núcleo del disturbio”,  por el que ganó en 2001 el premio Haroldo Conti, y el primer premio que otorgara el Fondo Nacional de las Artes de Argentina, y  también del libro “Pájaros en la boca”
Este último la hizo merecedora del premio Casa de las Américas en 2008, y es que era casi imposible que pasara por desapercibida la magnífica recopilación de cuentos que hay en sus páginas. ”Pájaros en la boca”, es un libro que consta de catorce cuentos de tendencia fantástica. Una colección de imágenes provocadas por las palabras de Samanta en cada una de sus historias. Contadas a un ritmo firme, con notas constantes que producen un viaje fabuloso hacia lo desconocido, lo aterrador, lo increíble, la ternura, la locura. Imágenes que en tu cabeza se convertirán en mariposas, en comedores de carretera, en una televisión con papá Noel, en Teresita, en cajas de zapatos, en montículos de tierra. Imágenes que causarán en ti la extraña sensación de no querer parar de leer, de sentir.
Historias en las que podrás escuchar sonidos de cacerías nocturnas, de encendido de fósforos, de chispas expandiéndose, de cabezas contra el asfalto, sonidos de una rata o un topo escarbando bajo el piso. Sonidos que no harán otra cosa más que guiarte en este recorrido hasta la última de las páginas de este libro.
 En sus cuentos, Schweblin nos demuestra que la creatividad constante y sin pausa existe, en cada imagen y sonido  que se atreve con toda alevosía y ventaja a plasmar con letras. Samanta es una joven aventurada  que se ha logrado colocar en un lugar importante dentro de la literatura contemporánea. Ella, para que me entiendan mejor: es egresada de la carrera de imagen y sonido de la universidad de Buenos Aires (UBA) y ahora se encuentra trabajando en su primera novela.
Imagen y sonido, eso encontramos, también, en los catorce fantásticos cuentos de “Pájaros en la boca”
www.riodoce.com.mx

sábado, 23 de octubre de 2010

Yo no vivo en “El país de las mujeres” Gioconda Belli, sí.



Escritora nicaragüense, de gran reconocimiento internacional: es Gioconda Belli. Dueña de  una gran trayectoria como escritora y de innumerables premios, el primero por su libro “sobre la grama” en el año de 1972 por la Universidad Nacional de Nicaragua, luego el premio Casa de las Américas (Cuba) en el año de 1978, y así podría seguir hasta llenar una cuartilla, que no es el caso. Mejor resumo que entre sus creaciones podemos encontrar: poesía, novela, una memoria y cuentos para niños.
 Fue paseando en una librería que me enteré, mientras revisaba  las novedades literarias, que Gioconda había sido merecedora del premio hispanoamericano de novela “La otra orilla” 2010, por su libro “El país de las mujeres”. Es increíble la cantidad de cosas que pueden pasar por la cabeza de una mujer y más increíbles mujeres son las que se atreven a plasmar en papel sus ideas para desarrollar una historia en forma de novela.

Es bien sabido por todos, que a las mujeres nos han inculcado desde niñas el gusto o disgusto por los cuentos de hadas. El país de las mujeres es una historia de esas, de hadas, de utopías: Viviana Sansón (princesa) una mujer que sufre la pérdida de un gran hombre, para encontrar a otro mejor y millonario (príncipe azul) es la presidenta  de Faguas (… había una vez, en un lejano país latinoamericano), país que se encuentra en serios problemas como el nuestro, políticamente hablando. Viviana sufre un atentado que la lleva a un estado de coma, del que despierta sin despertar, en un galerón lleno de objetos que ha perdido a lo largo de su vida: muchos paraguas, un anillo, una libreta de notas, etc; nos narraran a modo de efecto objeto/recuerdo, la historia de la Presidenta, del surgimiento del PIE (Partido de la Izquierda Erótica), de sus amigas: la pelirroja, la morena, la rubia castaña y la que se parecía a Virginia Woolf . (Princesas todas a fin de cuentas, con una extraña similitud entre la sirenita, la pocahontas, la cenicienta y la princesa moderna, o sea la anoréxica)

Estas bellas, sexys, enérgicas, inteligentes y aventuradas princesas deciden poner un alto a tanta suciedad y corrupción en su país, creando el Partido de la Izquierda Erótica (PIE), que de primeras no convence. Es gracias a los milagros de un volcán (hada madrina) y al polémico programa de tv que conduce Viviana, que todo cambia a su favor para posicionarlas en la cúspide de su país y con ello modificar todo lo que a su parecer los hombres han hecho mal en todos los años que habían sido ellos los que gobernaban Fraguas. 

El país de las mujeres (donde todos son felices menos los gays, porque curiosamente no existen) es una, digamos, diferente historia de hadas, en la cual la autora juega con princesas modernas, política, corrupción, antidemocracia, reformas, manifiestos, campañas  políticas, uñas pintadas, toallas femeninas, pañales, dolores de cabeza. Formando así una historia que y aunque tratando de alivianar a la mujer de la imagen con que según ella los hombres nos ven, nos  sigue dejando en el papel de soñadoras que siguen en la tremenda búsqueda de un final feliz, como el que nos depara en esta historia. 
No es una historia feminista si no hembrista (que no sé si sea peor que machista), con una ideología felicista. Una historia más, que de mostrar la intención, se hubiera convertido un clásico del humor latinoamericano, al estilo de “Maten al león” del maestro Ibargüengoitia. Pero no, la Belli se la tomó en serio y queda tan solo como una muestra de “humor involuntario".